2025 : un presupuesto cholulo

Resumen

El rector de la Universidad de la República acaba de declarar que la partida prevista para esa universidad en el proyecto de ley presupuestal remitido por el gobierno (¿de “izquierda”?) al Parlamento, es francamente insuficiente, ya que cubre apenas un 3 % de lo solicitado por la institución. Las declaraciones del actual rector instalan cierta paradoja institucional, en cuanto quien dirige actualmente la repartición estatal que diseña el presupuesto nacional (Dirección de Planeamiento y Presupuesto) ocupaba el sillón rectoral en el período de elaboración de esta solicitud, cuya insatisfacción ahora denuncia su inmediato sucesor en el cargo. Puede parecer un trabalenguas aunque sea ante todo un « trabadesarrollo » : quien desde la Dirección de Planeamiento y Presupuesto protagoniza la orientación gubernamental y la conducción técnica de la ley presupuestal, condena a recibir una dotación insignificante al mismo presupuesto universitario que elaboró, en su momento y hace pocos meses, en calidad de rector. Descartamos que el Cr. Rodrigo Arim esté obedeciendo, desde uno y otro cargo, a otra consideración que su más proba convicción. Tamaña disonancia no implica ni la desviación ética ni la incompetencia de Arim, sino que manifiesta cierta pandemia de frivolidad estatal, que suscita incluso sin proponérselo, la renuncia a la obediencia partidaria de antaño. Aceleradas desde la programación sanitaria de la pandemia de Covid-19 en 2020, estas señales no dejarán de multiplicarse ante la mutación viral de aquel Grupo Asesor Científico Honorario, cuyo retorno en inciso de Ley de Presupuesto Nacional 2025 cambia de sigla por una letra (“G” de "Grupo" pasa a “C” de "Consejo"), pero no de contagioso afán escénico.

 

Imagen: Radio Universal 970

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1a. quincena, septiembre 2025

El cholulo también es un sujeto

En la actualización de este blog fechada en la 2a. quincena de 2020, se encontraba a modo de cierre un apartado titulado « La República Empresarial debe ser cholula ».1 Las itálicas que destacaban la expresión « debe ser » apuntaban al fundamentado « deber ser » antiestatal, o sea la moral propia del neoliberalismo, que como toda moral, apunta a predicarle al ser lo que le conviene llegar a ser. En aquella actualización se sostenía que lejos de tratarse de una inmoralidad (tal como cundió cierta recepción del Consenso de Washington) se trataba de una moral antiestatal, concebida por Hayek para eliminar el peligro del acceso del nazi-fascismo al poder por la vía electoral (tal como sucedió por entonces y se repite de unos años a esta parte). Hayek entendía, en consonancia con cierto empirismo economicista, que el multívoco interés económico era capaz de dispersar los mandatos soberanos de Estado, para llegar a neutralizar aquel « irresistible ascenso » que cundía por los años 1930.

Queda en evidencia desde entonces el fracaso del planteo de Hayek, en cuanto no sólo el neoliberalismo económico y el más desembozado autoritarismo estatal pueden hacer buenas migas, sino en cuanto incluso los totalitarismos civiles y militares se han valido, particularmente en el Cono Sur de nuestro continente, de la doctrina económica neoliberal para abrir cauce social a la “revolución conservadora”. Este fracaso democrático del credo neoliberal inicial desacredita una fatal radicación del interés económico en el individuo, entendido en tanto que unidad indivisa que integra una base social. Por el contrario, tal como lo planteó Heidegger en su lectura de la Modernidad, el individuo y la colectividad dividen por su propia complementariedad toda unidad supuestamente indivisa (la individualidad), en cuanto la perspectiva Moderna del sujeto conjuga, entre sí, una comunidad hecha de individuos con el individuo dentro de una comunidad:

“Sólo allí en donde el hombre ya es esencialmente sujeto, existe la posibilidad de caer en el abuso del subjetivismo en sentido del individualismo. Pero, del mismo modo, sólo allí donde el hombre permanece sujeto, tiene sentido la lucha expresa contra el individualismo y a favor de la comunidad como meta de todo esfuerzo y provecho”.2

Ahora, lo que es propio del sujeto Moderno es la representación, pero no como pertenencia o correspondencia dentro de un mismo Orden, ya que esto sería lo propio del cosmos griego o el orbe medieval, sino en tanto que actividad propia de quien se apropia de una imagen.

“En este caso, representar quiere decir traer ante sí eso que está ahí delante en tanto que algo situado frente a nosotros, referirlo a sí mismo, al que lo representa y, en esta relación consigo, obligarlo a retornar consigo como ámbito que impone las normas. En donde ocurre esto, el hombre se sitúa respecto a lo ente en la imagen”.3

En tanto que “relación consigo” el sujeto es un imponderable para toda representación posible, ante todo, porque como lo enunciara Benveniste, el yo es un referido, pero no tiene referente constante y objetual: lo que puede expresarse coloquialmente como “nadie puede ver de que hablo cuando digo “yo”.4 Como no hay evidencia posible del yo, tampoco hay ciencia posible de la imagen en que consiste, según Heidegger, lo propio del sujeto y por lo tanto, del hombre en la Modernidad. Por el contrario sí existe una imagen de la ciencia y en esa imagen reside la condición perforada bajo la cual la tecnología gobierna, más notoriamente aún después de la fabricación oppenheimeriana de la bomba atómica, a la ciencia.5 En efecto, la palabra tecnología (técnica del logos, es decir, del saber) es conceptualmente tributaria de la subordinación de la imagen al sujeto : no hay signo que pueda ser identificado al margen de una imagen, sea esta sonora, visual, táctil u olfativa, más allá del notorio predominio de la imagen visual en la percepción humana. La imagen escapa, por la vía perforada del yo/sujeto, a toda consignación objetiva y se convierte en atributo primordial de la actividad tecnológica (y por vía de consecuencia, en eventual presa del cholulismo mediático).

El rey está desnudo, pero no es un “tigre de papel”

Sorprendentemente un grupo de reflexión militante (“Comunican”) dijo lo que siempre se espera que alguien diga : “El rey está desnudo”.6 El gran impacto como interrogante y la escasa repercusión política del incordio publicado, proviene de que allí se señala la frivolidad conceptual de la expresión “la izquierda”. Hay preguntas sin respuestas y constataciones desgastadas que surgen de esa publicación. Como el término “revolución” dejó de tener sentido, el término “reforma” siguió por el mismo camino: la consecuencia es que nadie se pregunta, en caso de que se tratara de una “reforma” (acerca de “revolución” ni siquiera surge una interrogante), de qué reforma se trataría. Luego el texto recapitula distintos tramos, tanto históricos como concretos, de la imposibilidad de diferenciar al Frente Amplio de los partidos tradicionales, sobre todo si se compara al FA con el propio pasado o incluso con lo que fuera el MLN en su momento. Se subraya que el discurso de toma de mando de Orsi enuncia, sin ambigüedades, todas las renuncias (ante todo a respuestas), que el texto denuncia.

Luego vuelve a la pregunta ¿para qué entonces acceder al gobierno?

En este punto reseña algunos logros debidos al mero devenir capitalista y algunas reformas con signo izquierdista, sin olvidar que en su discurso de toma de mando el propio Orsi señaló desigualdades flagrantes. Pero también se constata que ninguno de los logros obtenidos bajo gobiernos que pudieran considerarse “de izquierda” ha transformado cualitativamente la naturaleza del poder social, ni la perspectiva histórica como tal. Ese menguado balance se desarrolla además, en un escenario donde la peor derecha asciende en muchos contextos, incluso vecinos, pero por añadido, ante una (supuesta) izquierda que parece reducida a defender la democracia burquesa. Dice a modo de conclusión:

« Es posible que en 2025 la vara sea muy baja y solo se trate de "administrar" mejor el Estado que las clases dominantes construyeron.  El problema central es que, como las izquierdas por lo general tampoco logran eso, suelen dejar las puertas abiertas para que vuelvan los gobiernos de derecha ».7

Tan sintomática del estado de la cuestión « ¿qué es esta izquierda? » como de la desaparición conceptual que allí se denuncia, es la diatriba que le dirige Esteban Valenti desde las páginas de la misma publicación que albergó el texto antedicho y que además, cuenta con la dirección del mismo Valenti (Uy.press).8 El director de Uy.press entiende que quienes produjeron el texto son cobardes, ya que se ignora sus identidades personales. Asimismo considera que el pueblo diferencia por sí mismo que y quien es izquierda de quien no, sin necesitarse que nadie formule una pregunta por añadidura. Por otro lado sostiene que el período de gobierno del Frente Amplio se caracterizó por los mayores logros habidos en el proceso uruguayo, en la condición social, en las libertades públicas y en los índicadores internacionales de bienestar colectivo. Asimismo denuncia el carácter de « eunucos anónimos » de quienes pretenden ignorar el proceso concreto del Uruguay y de la región, así como el fracaso político de los socialismos reales, naufragados en medio de las mismas utopías que enarbolan quienes se esconden tras el anonimato y la miseria de meros “termómetros políticos”.

“Sería muy interesante que los escondidos detrás del "colectivo" nos ilustren cual es vuestra experiencia revolucionaria, vuestro modelo triunfante para "educarnos" tanto en los cambios revolucionarios, en evitar la democracia burguesa y como en subir la vara a las alturas más utópicas posibles”.9

El contrapunto entre el texto de « Comunican » y la respuesta que le da Valenti, es por demás sugestivo. Es probable que si se hiciera una compulsa entre los militantes de los comités de base del Frente Amplio, donde suele prevalecer una mayoría de tercera edad, el texto que denuncia la tibieza de la izquierda en el gobierno tuviera una amplia resonancia favorable. Así parece indicarlo la movilización de la base frenteamplista contra el genocidio en Gaza, pese a la notoria neutralidad del actual gobierno uruguayo ante la masacre. Sorprende por otro lado que el mismo Valenti, quien se separó en el período electoral de 2019 del Frente Amplio, incluso con un gesto de vinculación con el Partido Independiente,10 parezca tan satisfecho con un balance histórico de la misma fuerza política que puso en cuestión pocos años antes. La aniquilación crítica que Valenti resuelve en el papel parece innecesaria, ante cierto perfil « tigre de papel » que atribuye a algunos « eunucos anónimos ». Según reza el refrán, cuando se declara demasiado se termina por probar lo contrario, exceso en falencia que probablemente atañe tanto a un planteo conceptual trasnochado como al intento de maquillar un cadáver.

El cholulismo : fase escabrosa de la tecnología11

La contraposición entre el grupo “Comunican” y Valenti tiene un punto en común: admite explícitamente en el caso de los primeros, la anomalía contextual que presenta la expresión “la izquierda”, mientras que el segundo suscribe a lo mismo, aunque excluye implícitamente la necesidad política de una elucidación teórica. La significación propia de la expresión “izquierda” se sostiene, incluso en la metáfora espacial de la radicalización del lado izquierdo de la Asamblea Nacional durante la Revolución Francesa, en la tríada teoría-razón-conocimiento. Renunciar a esa tradición legada por la posteridad del Humanismo Renacentista y la racionalidad Clásica del siglo XVII, que a su vez se prolonga hasta la crítica de la racionalidad Moderna durante el siglo XX, no haría sino sellar el fin de la distinción entre “izquierda” y “derecha”, en tanto que sensibilidades públicas diferenciadas. Pero tal renuncia tampoco conduce al abandono liso y llano de la contraposición crítica entre ideología y ciencia, que nos reenviaría a la congruencia religiosa entre fe y creencia, sino que nos deja ante un desliz prosumista entre tecnología y cholulismo.

Lacalle Pou ha ocupado el sitial de ícono del cholulismo uruguayo, en cuanto ha logrado además, gestionarlo en episodios cotidianos de “selfies”, protagonizadas junto con “la gente de a pie”. No conviene olvidar injustamente las poses gimnásticas de Ojeda durante la última campaña electoral, ni la sensiblera telecomedia del Mujica chacrero-guerrillero-arrepentido-presidente-más-pobre-del-mundo, performance a la que cabe el justo título de “madre de todos los cholulismos”.

Bajo el lema “ciencia y tecnología” se explotó deliberadamente cierta brecha mediática propiciada por la tradición del Progreso enraizada en el Uruguay, en provecho sectorial propio y en ignorancia del Frankestein incontrolable que fabrica toda estrategia de seducción de la opinión pública. Tras 40 años de campañas por “Ciencia y Tecnología”, con sucesivas “creaciones institucionales” (PEDECIBA, ANII, CEIBAL, PENCTI, UTEC, URUGUAY INNOVA) que prometían vectores del desarrollo nacional uruguayo, desde hace (tres) años se contabilizan más decesos que nacimientos, se registra el mayor número de presos en relación a la población del Cono Sur de América Latina y la tasa de suicidios duplica la media del continente. A lo anterior conviene agregar, ya en calidad de corolario, la alarma periodística y académica que cunde ante la substitución del orden estatal democrático-representativo por un status-quo narco-social, que gana terreno vertiginosamente entre sectores populares marginados.12

No es de extrañar que con ese saldo tenebroso que marca la decadencia de la noción edificante de Progreso, de intrínseca vocación social « de izquierda », el presupuesto de la educación-investigación siga esperando, en este presupuesto 2025, por « 6%+1 del PBI ».

Del GACH al CACH : todo el poder al cholulismo

El Grupo Asesor Científico Honorario fue instalado durante el inicio de la pandemia de Covid-19, en abril 2020. Bajo sus auspicios el presidente Lacalle Pou pudo declarar, en ocasión de una visita al Instituto Pasteur « Cuando tenés atrás la ciencia, no es una decisión política ».13 Esta frase debiera ser registrada como lema del cholulismo de Estado. Sólo unos meses después, tras conspicuas campañas para evitar los contagios por contacto y proximidad, el GACH acompaño la decisión de celebrar elecciones departamentales presenciales y obligatorias para todo el padrón electoral nacional, en medio de la pandemia (septiembre 2020). Auspiciada con la mera recomendación del porte de tapabocas y la provisión de alcohol desinfectante en cada mesa de votación, tal recomendación implícitamente avalada por el GACH configura uno de los cholulismos tecno-científicos más portentosos, esta vez destinado a refrendar la reproducción electoral del sistema de partidos.14 Una vez frustradas las esperanzas puestas en que « finalmente se reconozca el aporte hecho por ciencia y tecnología durante la pandemia »  se formó la asociación civil «Investiga uy» por fuera de toda institucionalidad estatal, partidaria o gremial, con marcado desgajamiento social y político dentro del campo académico « ciencia y tecnología ».15

Los episodios de secesión política e ideológica no han cesado, desde entonces, de cundir en el campo nacional, con señalada agudización de la crisis del sistema democrático representativo en el plano estatal y partidario. El primero fue el resignado seguidismo del Frente Amplio ante la decisión de algunos movimientos sociales y parte mayoritaria del PIT-CNT, de formular un plebiscito contra la Ley de Urgente Consideración (LUC) propiciada por Lacalle Pou. El segundo fue la iniciativa de desarrollar un plebiscito contra la Ley de Seguridad Social por parte del PIT-CNT, otra vez, con un coro de movimientos sociales en su apoyo, pero esta vez, con el pronunciamiento contrario del Frente Amplio.16 Sin embargo el 70 % de los frenteamplistas votaron en las elecciones nacionales a favor de este plebiscito, que se desarrolló en medio de una andanada de 6 iniciativas plebiscitarias que sembraron el año electoral 2024.

Todos estos desprendimientos sectoriales e incluso partidarios fueron posteriores a la instalación de aquel efímero romance cholulo entre el Estado y el sector académico « Ciencia y Tecnología » que dio lugar al GACH. La propuesta de instalar ahora, ya no ante una urgencia sanitaria, sino permanentemente y en tanto que « creación institucional » de la ley presupuestal 2025, un CACH17 que prolonga indefinidamente aquel precedente pandémico, augura desde ya que el cholulisimo tecno-científico de Estado propiciará, con porvenir de por venir, una liberadora cascada de secesiones político-ideológicas.

 

1Ver en este blog « Genealogía de la República Empresarial : el día después de la nostalgia » https://ricardoviscardi.blogspot.com/2020/02/genealogiade-la-republica-empresarial.html

2Heidegger, M. (2010). Caminos de bosque. Trad. Helena Cortés y Arturo Leyte. Madrid : Alianza, p. 76.

3Heidegger, M. Op. Cit. p. 75.

4Benveniste, E. (1997). Tratado de Lingüística General I. México : Siglo XXI, p. 173.

5Ver en este blog « Historia de vida (de la bomba atómica) : Oppenheimer » https://filosofiacomociberdemocracia.com/es/node/148

6 « El Encanto de la tibia izquierda uruguaya » Observatorio Comunicación y Democracia (Comunican)-(Fila).Uy.press (7/03/25) https://www.uypress.net/Politica/El-encanto-de-la-tibia-izquierda-uruguaya-uc142998

7 « El Encanto de la tibia izquierda uruguaya » Op. Cit.

8Valenti, E. « Los termómetros de la izquierda » Uy.Press (11/03/25) https://www.uypress.net/Columnistas/Los-termometros-de-la-izquierda-Esteban-Valenti-uc143038

9Valenti, E. « Los termómetros de la izquierda » Op. Cit.

10« Valenti formará un grupo político fuera del FA » La Diaria (8/09/18) https://ladiaria.com.uy/politica/articulo/2018/9/valenti-formara-un-grupo-politico-fuera-del-fa/

11« Cholula », « Cholulo », « Cholulismo » son términos rioplatenses no registrados por la Real Academia Española. Se encuentra en Wikipedia la siguiente acepción « Cholula —y su equivalente masculino, choluloes una palabra de habla coloquial en Argentina que, usada como sustantivo, significa ‘admirador de los integrantes de la farándula’ y, por extensión, ‘persona que busca relacionarse con famosos y vive obsesionada por conocer sus vidas privadas’ en tanto que como adjetivo se usa en el sentido de persona «frívola», «superficial»; de allí derivó la palabra cholulismo referida a la admiración excesiva por personajes de fama ». https://es.wikipedia.org/wiki/Cholula_(argentinismo)

12« El narco nos hackea aquí : crimen organizado y economías ilegales » Canal Yunta https://www.youtube.com/watch?v=HHARDY5RqVw

13« Lacalle Pou: « estamos tranquilos con el respaldo científico, además de orgullosos » Montevideo Portal (30/04/20) https://www.montevideo.com.uy/Noticias/Lacalle-Pou--Estamos-tranquilos-con-el-respaldo-cientifico-ademas-de-orgullosos--uc751518

14En el sitio destinado a recomendaciones del GACH en los medios del gobierno uruguayo, curiosamente no se encuentra ninguna recomendación relativa a las elecciones del 27/09/20. Lo antedicho que supone que el GACH « se lavó las manos » en el caso de las elecciones departamentales y municipales de 2020, aunque con más prevención política que sanitaria. Ver « Protocolo sanitario para las elecciones del 27/9 » Sistema Nacional de Emergencias (30/08/20) https://www.gub.uy/sistema-nacional-emergencias/comunicacion/noticias/protocolo-sanitario-para-elecciones-del-279

15Ver en este blog « Asamblea de investigadores en el Uruguay : « No lo saben, pero lo hacen » (K. Marx) https://filosofiacomociberdemocracia.com/es/node/31

16Ver en este blog « El último plebiscito » https://filosofiacomociberdemocracia.com/es/node/170