Asamblea de investigadores en el Uruguay: "No lo saben pero lo hacen" (K. Marx)

1a. quincena, abril 2021

 

Saben que no pueden hacerlo

 

El 17 de marzo pasado tuvo lugar, en ámbito virtual y exitosa en número de participantes (más de 800), la primera asamblea de investigadores del Uruguay, convocada en razón de los recortes presupuestales dispuestos por el gobierno de inspiración neoliberal de Lacalle Pou. El lector encontrará en la prensa uruguaya profusa información acerca de esa coyuntura presupuestal, desmentida por el gobierno, pero reivindicada con denuedo por una amplia mayoría entre los investigadores del país.1 La cuestión presupuestal no es, pese a las apariencias, más que un proyectil propulsado casi atávicamente por las costumbres reivindicativas del sector de la investigación y la docencia en el país: más significativamente interviene como detonador, en este caso, el argumento de haber prestado servicios notables en la lucha contra la pandemia, que el recorte presupuestal del gobierno desconoce ahora con marcada ingratitud.

El significante que señala como acontecimiento esta asamblea de investigadores no es de índole presupuestal ni cognitiva: es la condición asambleística que reviste la actividad.2 Aunque pueril tanto desde el punto de vista teórico como desde el punto de vista político, cierto desarrollismo académico ha enarbolado, con el propósito de ejercer presión indirecta sobre el sistema de partidos, una retórica destinada a la opinión pública, en cuyos términos la comunidad va a reconocer el árbol de la ciencia a través de los frutos que brinda a la comunidad.

Aunque la convocatoria que lleva a la asamblea de investigadores de marzo pasado siga suscribiendo ese designio desarrollista, la mera condición asambleística del evento señala la fisura del dispositivo positivista que postula una articulación necesaria entre saber y comunidad, entendidas como partes edificantes de un único universo.3 El disenso que moviliza toda discusión colectiva inhabilita por la vía de los hechos tanto el desarrollismo como el positivismo (y sobre todo el funcionalismo cognitivo que los mancomuna), en cuanto introduce la posibilidad de un acontecimiento enunciativo que escape a la comunión (la común unión) en un orden de opiniones, o si se quiere, al orden en la comunidad de opiniones. Ahora, no existe asamblea sin disenso.

 

Una asamblea de más

 

Podría considerarse que las asambleas de ADUR (Asociación de docentes de la Universidad de la República), más allá de su carácter vinculado al ámbito particular de una institución, constituyen un antecedente asambleístico de los investigadores. Conviene destacar que el disenso que sería propio a sus sesiones queda enmarcado en la representación del orden docente en el Consejo Directivo Central de esa universidad, mandatado hasta el presente por la misma ADUR. Ahora, la Universidad de la República es un ente autónomo, parte del Estado uruguayo, pero además presenta la particularidad de encontrarse sujeta a las decisiones parlamentarias sobre su dotación presupuestal, instancia hacia la que apuntan lo fundamental de los desvelos políticos del CDC, directa o indirectamente. Por lo mismo ADUR se encuentra involucrada, tanto por la afectación institucional de la universidad pública en su conjunto, como por la antedicha participación indirecta en su gobierno, en el conjunto de la articulación estatal.

Lejos de constituir un contraejemplo, las asambleas de ADUR permiten despejar la diferencia propia de una asamblea de investigadores sin pertenencia institucional específica, como la que tuvo lugar en marzo pasado: una convocatoria prescindente de articulación formal con los poderes públicos. En esa medida se trata, si se considera el conjunto de antecedentes reivindicativos del campo docencia-investigación, de una asamblea que está de más. A partir de la propia Ley Autónoma de la Universidad de la República en 1958, la sucesivas creaciones del Conycit y del Instituto Clemente Estable en la década siguiente, pasando por el PEDECIBA en los años 80’ y más tarde la ANII y el Sistema Nacional de Ciencia y Tecnología ya en el actual siglo, todas las instituciones en las que los investigadores podían cifrar esperanzas reivindicativas incorporaban una articulación de Estado, sea por constitución o por proyección estatutaria.

Como efecto de una convocatoria representativa de un estado de opinión entre el conjunto de los investigadores (marcado por el desamparo presupuestal, redoblado además, por la ingratitud gubernamental hacia el aporte hecho contra la pandemia), el hecho mismo de la asamblea supone que ni el Estado ni la constitución de grupos de notables son capaces de consolidar, en una perspectiva razonable, el futuro desarrollo investigativo en el Uruguay. Este sentimiento cambia la correlación de fuerzas interna del campo político de la investigación, en cualquier dominio que se considere, porque pone en suspenso la misión de los aparatos que articulaban la mediación con el Estado desde la cúpula de una profusa constelación institucional, marcada sucesivamente por numerosas creaciones corporativas (Instituto Clemente Estable, PEDECIBA, Academia de Ciencias del Uruguay, Sociedad de Bioquímica y Biología Molecular, Instituto Pasteur, etc.).

Se podría pensar que se trata de una “Rebelión en la Granja”, que no hará sino articular, a partir del positivismo infuso entre la enorme mayoría de los investigadores, la reversión de protagonismos dentro de un mismo poder, que satirizara Orwell en su famosa novela.4 Razonar de esa manera sería invertir el dispositivo positivista, procurando un principio crítico absoluto, que a través de la contradicción, conduzca a una liberación sostenida en la lucidez de una síntesis. El criterio de un desplazamiento del saber a modo de acontecimiento, que conduce asimismo a otro saber, parece imponerse por el contrario (al presente y en política del presente), como efecto del ingobernable disenso que suele intervenir entre los gobernados.

 

Bancar la ingobernabilidad: todo el poder a la banca

 

El cambio estratégico sugerido por el levantisco sentimiento que cunde entre los investigadores del país, ha venido a ser confirmado por una respuesta institucional específica y explícitamente dirigida a satisfacer esa reivindicación. El Instituto Pasteur ha anunciado la creación de un “Venture Builder”, destinado a convertir los proyectos de investigación en empresas, a cambio de una participación en los réditos alcanzados, una vez lograda la madurez financiera del emprendimiento. Quizás convenga, para acortar el razonamiento que puede sorprender a más de un lector, citar la publicación del propio Instituto Pasteur Montevideo:

Un “Venture Builder” es un tipo de emprendimientos reconocido internacionalmente, similar a una aceleradora de empresas, cuyo objetivo es transformar proyectos de investigación de alto potencial en empresas, a cambio de una participación en el negocio posterior, ofreciendo know how, soporte de gestión e infraestructura para ayudar a que la empresa se concrete, crezca y alcance más rápidamente un lugar en el mercado global”.5

La prensa nacional que ha cubierto profusamente la devoción de los jóvenes investigadores del Instituto Pasteur, vocados al combate contra la pandemia por sacrificio social (aunque no en el sentido del “suicidio social” que reivindica Jorge Zabalza desde su historia personal), no ha percibido esta blitzkrieg institucional destinada a convertir a todo investigador en un empresario, o a suponer simétricamente y por provisión de supuesto, que todo empresario revista como investigador. Desde ese vice-versa entre investigador y empresario, ni una ni otra condición parece incorporar, para nuestras creencias sociales, algo así como una crucifixión fiduciaria.

Conviene señalar que pocos años atrás surgió, desde sectores de jóvenes investigadores, la iniciativa de enrolarse empresarialmente, aunque con cierto designio nacionalista unido a desempeñarse en empresas estatales.6 Asimismo, la síntesis de un seminario organizado por ANII, daba cuenta de la benevolencia impositiva hacia las empresas afines a incorporar investigación, que cierto sector del cuerpo de investigadores recomendaba a las finanzas estatales.7

Ninguna de esas percepciones relativas al universo de convicciones compartido por los investigadores, naturalmente nutrido de disenso, cambia la significación de la respuesta que, ante la crisis de recursos, opta por articular el Instituto Pasteur Montevideo con Ficus Capital8 en guisa de estrategia emprendedurista, efecto del actual gobierno tecnológico del saber científico (que en verdad, convierte al par “Ciencia y Tecnología” en un oxímoron). El desplazamiento no deja de ser significativo, en cuanto la vía institucional de índole político-partidario (en la que se cifraron tantas esperanzas desencantadas, vapuleadas bajo el Frente Amplio) para acceder al paraguas presupuestal del Estado, parece ahora pasar a un segundo plano, ante la venturosa promesa de un “Ventura Builder”.

 

Hacer lo que no sabía Marx

 

La frase “No lo saben pero lo hacen” destaca del genio literario de Marx. Toda su obra recela esa capacidad metafórica que es propia de una inteligencia lúcida, que no llega a ser opacada por el ámbito translúcido de la mera evidencia (para ganar en términos de puridad conceptual lo que pierde de significación efectiva). La frase en cuestión se inscribe en el Capítulo I del Capital, bajo el subtítulo “El carácter fetichista de la mercancía y su secreto”.9 El secreto de la mercancía estriba, para Marx, en que la naturaleza de su valor efectivo proviene del trabajo social, no del valor del trabajo individual, ni del valor que pueda tener en su uso el objeto mercantil. Tal secreto consiste en que sólo la generalización del intercambio, es decir, el mercado capitalista, habilita la universalización de ese valor social, lo que por consiguiente, lo oculta de la percepción particular de cada productor, vinculada a su actividad productiva o a su consumo propio.

Marx pensaba, por oposición a ese secreto, que una vez develado el sistema de relaciones de producción que habilitaba un mercado capitalista plenamente desarrollado, cada quien podría percibir la significación mercantil del valor. Por lo tanto, la ignorancia que denuncia “No lo saben pero lo hacen” no se vincula a una percepción del inconsciente como articulación concomitante al saber, sino por el contrario, a la percepción de un saber alternativo, destinado a develar la índole mística de la dominación ideológica.

El siglo XX extendió, en medida considerable, esa visión de la dominación como efecto de determinada “falsa conciencia”, que llegaría a ser disipada por una veracidad objetiva. Hoy no entendemos el saber como parte integral de un proceso inscripto en la naturaleza (representada y representativa) y se cuestiona la integridad racional del conocimiento, en cuanto se vincula la índole formal de los conceptos a una actividad que, sin saberlo ex profeso, deviene articuladora de efectos cognitivos.

Desde este punto de vista no se hace a costa del saber, como si se lo involucrara más allá de sí mismo, sino que en el saber consta lo que se hace, como en la escritura. Quizás se pueda traducir a este punto de vista los teŕminos de la notable frase de Marx, al día de hoy, como “Lo hacen y por lo mismo lo saben”. Por tal razón no conviene esperar de una asamblea de investigadores que sepa lo que hace, sino ante todo, que haga para llegar a saber, según un desplazamiento de lugares que ya marca sus efectos.

 

1“ANII recorta drásticamente su inversión en ciencia para 2021” La Diaria (26/02/21) https://ladiaria.com.uy/ciencia/articulo/2021/2/anii-recorta-drasticamente-su-inversion-en-ciencia-para-2021/

2“Salud Pública y Universidad de la República destacaron rol de los científicos ante pandemia de Covid-19” Uruguay Presidencia (23/07/21) https://www.presidencia.gub.uy/comunicacion/comunicacionnoticias/universidad-asse-msp-siete-proyectos-cientificos

3Ver respecto al positivismo Viscardi, R. “Al paso del progreso”. Recuperado de: https://www.aacademica.org/ricardo.g.viscardi/7

5“IP Montevideo presenta Lab+Ventura Builder” Instituto Pasteur Montevideo http://pasteur.uy/novedades/ip-montevideo-presenta-lab-venture-builder/

6Ver al respecto Viscardi, R. “Ciencia y Tecnología en demasía: la demostración en exceso” Contragobernar, https://ricardoviscardi.blogspot.com/2017/11/cienci-ay-tecnologia-en-d-emasiala_29.html

7Unidad de comunicación (noviembre, 2017), Instancia de intercambio entre investigadores del SNI. ANII. Recuperado de: https://gallery.mailchimp.com/2bf4fee5182daebef7d2397cf/files/0e49190e-3e71-4a03-83f1-fe218325ddee/Instancia_de_Intercambio_y_Consulta_Investigadores.pdf

9Marx, K. (1977). Le Capital (Libre premier). Paris: Editions Sociales, p. 70.