UPM2 NO en Asamblea: entre hackers y pandemia

 

 

1a. quincena, junio 2021

 

Desde Botnia con amor

 

El pasado viernes 4 de junio tuvo lugar una asamblea inusual: convocada desde un muro de facebook, admitía la participación de quienes ingresaran a partir del link previamente publicado. No puede entonces sorprender que la reunión “a distancia” vía web haya sido hackeada, no sólo por la publicidad que adquirió el evento en una red social, en la que cuenta con más de 20.000 seguidores, sino ante todo, por los antecedentes de la transnacional a la que se enfrenta UPM2 NO. Conviene recordar, entre los primeros sucesos que marcaron la presencia de Botnia (ahora UPM) en el territorio uruguayo, la denuncia de un intento de soborno que presentara, contra la empresa, un activista argentino.1

Ni el hackeo de la asamblea de UPM2 NO, ni la denuncia de intento de soborno en los albores de la instalación de las pasteras en nuestro país debieran sorprender: la estrategia empresarial en la globalización ya no sólo requiere instrumentos militares o institucionales, sino que cunde ante todo mediante la tecnología, que conviene recordarlo, tiene como “punta de lanza” la información y la comunicación. Tal “punta de lanza” no interviene exclusivamente en el plano mediático, sino que el plano mediático (es decir, la transformación de la información en comunicación estratégica) constituye, al presente, el elemento clave de toda tecnología.2

La actualidad, las costumbres y las creencias se entrelazan -a través de medios y redes- en los más distintos confines del globo, por consiguiente las empresas transnacionales prefieren, en cada país, la intervención a través del campo mediático interno. En cuanto un muro de facebook con 21.2 mil miembros constituye un campo de resonancia significativo, se explica que los responsables del grupo en la red hayan denunciado la permanente intromisión de “trolls” (falsos miembros).

Este contexto de fuerte determinación tecnológica y mediática explica, asimismo, las inusuales características de un movimiento “autoconvocado”, es decir, en cuya gestación interviene ante todo un sesgo de opinión configurado y articulado mediáticamente. Gobernada por la “red de redes”, una diversidad de mestizajes concitado por fronteras de resonancia -como las denominaron McLuhan y Powers- reagrupa posiciones al unísono de los acontecimientos.3

Conviene en términos de reagrupamientos y acontecimientos, recordar la súbita mudanza de Tabaré Vázquez, entre la campaña electoral y la elección en 2004, vertiginoso cambio de posición que condujo del frontal rechazo soberano a una súbita defensa de la “contaminación razonable” que aparejaba Botnia.4 Desde entonces las mayorías del sistema de partidos han seguido por una senda que supone, al decir de Yupanqui, que “las penas son nuestras y las vaquitas son ajenas”. ¿Cómo puede sorprender entonces que tal pluralismo partidario del despojo suscite, simultáneamente y desde el llano, un reagrupamiento igualmente abigarrado que se le opone?

 

Una pandemia panmediática

 

Este anclaje mediático del poder en la actualidad viene a ser confirmado por la condición panmediática de Covid-19. Cierto saber articulado por la World Wide Web traza un límite de admisión/exclusión, que cunde como lo propio del poder entre las mayorías sociales. Una nutrida literatura científica sostiene que la generación de patógenos corresponde, desde varias décadas atrás, a la devastación ecológica de los habitats naturales y obedece al designio empresarial que gobierna la producción de alimentos a escala mundial.5 Laboratorios e industrias médicas mundialistas intervienen asimismo en la regulación de la pandemia en curso, particularmente a través de la producción y comercialización de vacunas e insumos sanitarios. La pandemia de Covid-19 expresa, en lo global y lo local, un efecto generalizado de concentración tecnológica del poder, que obliga incluso a los gobiernos a suscribir cláusulas de confidencialidad (condicionante que se vuelve recurrente en la inversión directa extranjera) y de descargo de responsabilidad sanitaria, particularmente para la adquisición de vacunas.

Esta perspectiva de una vinculación generalizada entre la inversión directa extranjera y el plebiscito de reforma constitucional motivado por la instalación de UPM sobre el Río Nego, estuvo asimismo presente en la asamblea celebrada el viernes pasado. Hoenir Sarthou evocó las coincidencias entre el contrato entre UPM y el Estado uruguayo para una segunda planta de la empresa y las recientes concesiones a Katoen Natie para la explotación en condiciones monopólicas del puerto de Montevideo, la concesión de obra para tendidos de línea de alta tensión en el norte del país y los contratos por vacunas contra Covid-19. El plebiscito que promueve UPM2 NO establece que tales contratos no podrán ser, como sucede actualmente, celebrados bajo la sola voluntad del Poder Ejecutivo, sumándole además el requisito de mayorías legislativas especiales para su aprobación.

La analogía entre la instalación de una segunda planta de UPM sobre el Río Negro y estos otros contratos posteriores, coloca al movimiento plebiscitario de reforma constitucional en un plano de generalidad política, que desborda la incidencia de una empresa en particular.

 

Un sugestivo “aire de familia”

 

Quizás ese mismo sentimiento de un alcance mayor del movimiento plebiscitario, se expresa a través de la inquietud de los asambleístas por la articulación con un espectro mayor de grupos. Siempre razonable para la unidad de acción, tal articulación presenta una dificultad, que surge de la propia estructura colectiva tradicional del país.

En cuanto la instalación de UPM ha contado con la anuencia ampliamente mayoritaria del espectro partidario, este consenso se revierte, en razón de un anclaje social de fracciones, en una densa articulación colectiva. Esto supone, a la hora de recolectar firmas, una dificultad mayor que proviene de la pertenencia ideológica sectorial, particularmente signada por una divisoria tradicional en “derecha/izquierda”. Una argumentación inapelable a favor de la campaña puede encontrarse ante quien renuncia sin embargo a dar su apoyo, tanto porque la campaña no es “favorable al gobierno” como porque “no es favorable a la oposición”.

Esta resistencia por alineamiento ideológico parece particularmente erosionada por la misma evolución sanitaria de la situación nacional. El rótulo de “política de Estado” (eufemismo que suele encubrir el significado “política de globalización”), reconfortante para tirios y troyanos, viene a ser desacreditado por la actual disputa intra-partidaria, como efecto del fracaso sanitario del Uruguay ante Covid-19.6 Se manifiesta asimismo, un significativo desprendimiento de sectores socio-profesionales, que perjudicados por una vía u otra por las restricciones sanitarias (como en el caso del sector de la cultura)7 o incluso por la ausencia de las que reclaman (como los profesionales de la salud), “sacan sus castañas del fuego” ante el perjuicio sectorial que sufren. Las dificultades que amenazan a los ingresos de la población y que ya han conllevado la multiplicación de “ollas populares”, generan asimismo un clima social poco favorable al maquillaje publicitario de los elencos institucionales.

El camino para la campaña plebiscitaria contra UPM2 parece aconsejar, antes que la reducción de la campaña al contexto de una empresa, la vinculación con los ya numerosos casos de contratos de gran alcance, concertados sin embargo entre unos pocos. Esa perspectiva de crecimiento se encuentra pautada por un desplazamiento significativo de la opinión pública, ante urgencias que presentan, en clave de globalización, un sugestivo “aire de familia”.

 

1Viscardi, R. “Celulosa que me hiciste guapo”, Compañero, PVP. Recuperado de: http://www.pvp.org.uy/viscardi3.htm El mismo incidente fue recordado recientemente desde el Movimiento por un Uruguay Sustentable (MOVUS).

2Serres, M. (1999). Sobre las ciencias en la actualidad. Montevideo: UdelaR, pp. 8-11.

3McLuhan, M. Powers, B. (1993). La aldea global. Barcelona: Gedisa, p. 164.

4Ver “2004” en “Conflicto entre Uruguay y Argentina por plantas de celulosa”, Wikipedia. Recuperado de: https://es.wikipedia.org/wiki/Conflicto_entre_Argentina_y_Uruguay_por_plantas_de_celulosa Ver también el desmentido del Frente Amplio “El Frente Amplio y las plantas de celulosa”. Recuperado de: http://www.online.com.uy/plantas/doc/fa1.html

5Viscardi, R. (2021). Ciencia, Tecnología y Exclusión: Hacia el Estallido Social. Montevideo: Maderamen-FilosofíacomoCiberdemocracia, p. 19 (versión pdf), pp. 59-60 (versión e-book).

6“Bolsonarismo de baja intensidad y pandemia en una pradera suavemente ondulada” Diálogos (02/06/21) https://dialogos.online/2021/06/02/bolsonarismo-de-baja-intensidad/

7“Uruguay Es Música pide volver a trabajar sin discriminar a quienes decidieron no vacunarse” Montevideo Portal, (7/06/21) https://www.montevideo.com.uy/Noticias/Uruguay-Es-Musica-pide-volver-a-trabajar-sin-discriminar-a-quienes-decidieron-no-vacunarse-uc788731