Arazatí para el olvido : recordar "defender la sociedad"

Resumen

Cuando se pierde un partido importante o se asiste a un espectáculo de mala calidad, en la jerga del fútbol suele usarse la expresión « un partido para el olvido ». Recuperada en otro sentido la expresión, hoy podríamos decir « Arazatí : para el olvido ». El fracaso de ese proyecto significa, en efecto, una excelente noticia. Bajo la denominación « Arazatí » se pretendía potabilizar agua extraída del Río de la Plata, a costos exorbitantes para el erario público y con resultados cuestionados por todas las consultorías, BID incluido.

2a. quincena, julio 2025

El boomerang de la totalización partidaria

Ante el abandono del proyecto Neptuno distintas voces celebraron una victoria de los movimientos sociales y de la campaña en redes, que no sólo condenó una propuesta de lucro desmedido y calidad cuestionada, sino que pautó además, los márgenes que encuentra el presente gobierno, al comienzo de su gestión. A través de la misma propuesta electoral presentada hace sólo unos meses atrás, el actual elenco gubernamental se declaró proclive a la « seguridad jurídica», es decir, a preservar los privilegios del empresariado, pero además a la « unión inter-partidaria», esto es, a ceder ante las presiones más tenebrosas (por ejemplo, de quienes hoy en la oposición, ayer formaban parte del gobierno que instaló « Arazatí »). Celebrar la remodelación del contrato que proponía la construcción de Arazatí como una victoria memorable, no parece ante esos antecedentes, ni desorientado ni desmesurado.1

Lo anterior no supone una oposición sistemática a las decisiones del gobierno nacional, ya que en cuanto se reformen, como en este caso, decisiones desacertadas cuando no nefastas, cabe refrendar un rumbo deseable. Conviene considerar que la totalización del acontecer político en torno a la esfera del Estado y de su soporte partidario conlleva, como toda totalización, la posibilidad contraria al designio perseguido, que pese a mejores o peores intenciones, se impone desde márgenes incoercibles. La propia significación clausurada de una propuesta cristalizada y presentada como inapelable, suele favorecer una reversión unánime de fuerzas en su contra. Entre nosotros aconteció un caso célebre de este boomerang anti-totalizador, además con viso anti-totalitario incluido, cuando el régimen civil y militar convocó un plebiscito, que en los papeles parecía victorioso de antemano (precisamente por contar con todo a su favor).

Otro tanto parece ocurrir ahora con el designio tantas veces proclamado por Mujica, indiscutido inspirador de la actual presidencia, en cuyas decisiones por momentos parecía intervenir por “ventrilocuencia” (recordemos los « nombramientos » de Oddone y de Fratti). En la campaña del Frente Amplio a las elecciones de 2024 se proclamaba, en calidad directriz primordial, la  unidad nacional inter-partidaria por encima de toda otra opción política. Aquel mentor del actual gobierno entendía que todo pasaba por las elecciones y las uniones inter-partidarias. Tal « todo » requiere para su completud, que el conjunto partidario y el conjunto nacional formen una totalidad consolidada y cohesiva. Lejos de tratarse de una opción inverosímil o fantasiosa, lo descabellado de la propuesta de « unirse sin mirar con quién, mientras sea un partido », estriba en que tal culto de la representación institucional ha conducido, tanto en Europa como en las Américas, al ascenso de sectores nostálgicos de un pasado de conservadurismo clasista o lisa y llanamente nazi-fascista, que paradójicamente dicen condenar quienes toman ahora por el mismo camino.2

Si están unidos ¿por qué no se unen?

En el propósito de “articular la sociedad” desde el Estado, el “todo social” mujiquista no cesa de recibir cachetadas que lo dejan primero en blanco y después lo ponen colorado.3 La más notoria fue la propinada con oportunidad de la convocatoria a un “diálogo nacional” sobre la Seguridad Social, que debía concitar la participación del conjunto de los partidos con representación parlamentaria, pero también de la central sindical única (PIT-CNT), de los movimientos sociales, del empresariado, de la “academia” y de organismos internacionales. Los principales partidos de la oposición (Partido Nacional y Partido Colorado) descalificaron la propuesta, aduciendo que se les imponía cotejar a la sociedad civil, cuando según la más estricta forma y normatividad constitucional, sólo los partidos políticos (es decir, quienes enunciaban tal propósito) se encuentran habilitados a protagonizar en el ámbito público las orientaciones de Estado.4

La escafandra constitucional que enfunda por anticipado, ante cualquier vinculación societaria la gran mayoría de la oposición, echa por tierra la pretensión de alcanzar una unidad inter-partidaria con alcance supra-partidario, alfa y omega de cualquier gobierno que pretenda trascender el recinto ejecutivo y parlamentario. La noticia que sigue al rechazo opositor a la unidad bienpensante del gobierno, es que lejos de condenar los acuerdos inter-partidarios al fracaso definitivo, los somete al escrutinio solapado y sórdido (“hoy por mí, mañana por tí”) en pos de la negociación de votos y vetos.

Tal supeditación al conteo de manos alzadas desde escaños confrontados entre sí, no puede ser más opuesta a una “unidad nacional” que llovería, como maná de bienpensancia, de la representación sectorial una vez convertida en mies nutricia del bien común. Lejos de tratarse de una profecía sujeta a corroboración, esa escena de banderas resignadamente arriadas de antemano ante la fatalidad partidocrática, cunde desde ya a través de la propuesta de “Universidad de la Educación”, tal como la presenta el elenco gubernamental del Frente Amplio. Limitada de antemano al fracaso en razón de la mayoría calificada que exige su aprobación (⅔ de la representación parlamentaria), los impulsores de la iniciativa declaman un “gesto a la bandera”, al redactar en el texto del proyecto los principios universitarios de autonomía y cogobierno, al tiempo que por anticipado se declara que “habrá modificaciones que intervendrán en el trámite parlamentario”.5 La proclamada “unidad nacional” inter-partidaria que se propone como el norte del actual gobierno ya se convirtió, a poco de andar, en la más trivial escena de comercio minorista de la representación ciudadana. Quizás la novedad no consista en tal ajetreo del “toma y daca” entre sectores partidarios, sino en la luz que arroja, sobre semejante transacción parlamentaria al menudeo, la amplificación de la opinión y la participación supra-partidaria.

El fracaso del Estado como “todo social”

Si se entendiera que esa obnubilación con el poder de Estado se opone a toda percepción sensata y que bastaría con cierta sensatez para disiparla, convendría recordar que de no suscribirse tal criterio, sería necesario abandonar la pretensión de acceso al gobierno del Estado como llave para “transformar la realidad”. La propuesta de “acceder al gobierno” como panacea de acción política, requiere en efecto, que tal «realidad» no sea sino una totalidad.

Esa fe en la totalización estatal de la comunidad supone el borramiento de un límite que, por el contrario, desde hace décadas se acentúa aquí y en muchas otras partes (recordemos entre nosotros, la tendencia a la caída de la participación en las elecciones internas de los partidos, que descendió desde 1999 -en que tuvo lugar por primera vez- hasta 2024, en un 20% del electorado). Semejante fe en la divinidad representativa puede reflejar una expresión de deseos antes que una realidad, pero habilita también, que se tome por realidad propia el efecto de voluntades ajenas, en este caso, las innúmeras expresiones extra-partidarias que se movilizaron y continúan vigilantes, inclusive, con nuevas alertas ante el « post-Arazatí ».6

Los anteriores logros de campañas desarrolladas contra el modelo globalizador y empresista adoptado por los sucesivos gobiernos uruguayos, habían sido alcanzados en el marco de campañas plebiscitarias, es decir, enmarcadas en una normativa estatal. En este caso la acción movimentista actúa por fuera de la instancia estatal e incide en esta última sin manipulación partidocrática posible. El abandono del proyecto Arazatí señala, por consiguiente, cierto « momento Foucault » entre nosotros, de llegada tan tardía como gratificante. Cabe además agregar a este logro, el desarrollo de una lectura alternativa del mismo Foucault, que habiéndose expresado a través del Colectivo Casa de Filosofía (en particular en la mesa dedicada a Foucault en el evento « La vida no-fascista »),7 se ha integrado en el plano latinoamericano a través del Congreso Latinoamericano de Teoría Social, celebrado en estos días.8

 

1« Entrevista central, lunes 23, María Selva Ortiz » En Perspectiva (23/07/25) https://enperspectiva.uy/enperspectiva-uy/entrevista-central-lunes-23-de-octubre-maria-selva-ortiz/ ver también , ver también Sarthou, H. « Neptuno se dejará sin efecto » en Movimiento Uruguay Soberano. Recuperado de : https://www.facebook.com/photo/?fbid=726960136632320&set=gm.24107133092215896&idorvanity=1787467327942458

2Ver al respecto Valenti, E. « El panorama regional. Esteban Valenti » Uy.press (10/07/25) https://www.uypress.net/Columnistas/El-panorama-regional-Esteban-Valenti-uc145520

3Denominaciones usuales de los partidos fundadores de la partidocracia en el Uruguay, el partido « blanco » (Partido Nacional) y « los colorados » (Partido Colorado).

4« Diálogo social : blancos y colorados rechazan integrarse, mientras Cabildo Abierto confirmó su participación » UyPress (15/07/25) https://www.uypress.net/Politica/Dialogo-Social-Blancos-y-colorados-rechazan-integrarse-mientras-Cabildo-Abierto-confirmo-su-participacion-uc145602 d

5« El Frente Amplio negociará con la oposición para crear la Universidad de la Educación » Mediospúblicos.uy, (07/04/25) https://mediospublicos.uy/el-frente-amplio-negociara-con-la-oposicion-para-crear-la-universidad-de-la-educacion/

6Ver al respecto « Decenas de organizaciones sociales insisten en anular el contrato original del proyecto Neptuno » El Zumbido (23/07/25) https://elzumbido.uy/2025/07/23/decenas-de-organizaciones-sociales-insisten-en-anular-el-contrato-original-del-proyecto-neptuno/

7Ver « La vida no-fascista » Casa de Filosofía. Recuperado de : https://casadefilosofia.uy/la-vida-no-fascista/

8Se accede a la Mesa « La recepción de Fouault en el Uruguay y su diálogo latinoamericano » en el link https://www.youtube.com/watch?v=BhygciEjXak