El trabajo de zapa de la arqueología

Resumen

El pasado jueves 19 de septiembre tuvo lugar en Casa de Filosofía la presentación de “Irradiación de la fenomenología en el Uruguay”, de Sebastián Ferreira. Lo que sigue es una de las intervenciones de presentación, a cargo de Ricardo Viscardi. El diccionario de la Real Academia Española presenta la siguiente acepción de la expresión "trabajo de zapa": trabajo que se hace oculta y solapadamente para conseguir algún fin. ¿Qué fin otro que un relato probado puede perseguir una obra cuyo género puede rotularse “historia de la filosofía"? Quizás un margen que interviene entre género y genética puede excavar desde el presente, a la manera del trabajo de zapa, los vestigios de un porvenir diferido, por venir diferenciándose de todo pasado, pero tanto más acuciante.

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2a. quincena, septiembre 2024

El autor ha propuesto presentar su obra entre las actividades del Ciclo “Conversaciones Filosóficas”. Esa elección ya pauta, por decisión propia de Ferreira, la significación que reviste la publicación. “Conversaciones Filosóficas” surge en 2022, con el auspicio conjunto de la Asociación Filosófica del Uruguay y Casa de Filosofía. Desde entonces se han cumplido distintas actividades, tratándose en todos los casos de enfocar, en torno a temáticas específicas o la exposición de distintos autores, el campo filosófico del Uruguay. La motivación del ciclo proviene de un conjunto de entrevistas que Mauricio Langon registrara y presentara inicialmente como ponencia, en las XX Jornadas Filosóficas de FEPAI (Fundación para el Pensamiento Argentino e Iberoamericano) en 2021, que fuera asimismo publicada posteriormente bajo forma de libro, por la misma Fundación, en 2023.1

La originalidad del planteo de Langon, tempranamente advertido por Celina Lértora, directora de FEPAI, consistía en preguntarse que filosofía se hace por parte de quienes se dedican a la labor filosófica en el Uruguay. La iniciativa de Langon puso de relieve, por la significación de su propósito, que los propios uruguayos filósofos no comparten con suficiente alcance de conjunto, entre sí, la actividad que despliegan. Tal desconcierto comunitario supone una ausencia de comunidad efectiva y se vincula a otra constatación previa: no existe discusión pública suficientemente difundida entre quienes desempeñan profesionalmente la filosofía en el Uruguay.

Al inscribir la presentación de su libro en el ciclo inspirado por la situación filosófica uruguaya que vino a subrayar Langon, Sebastián Ferreira contrapone cierto auge de la fenomenología entre nosotros a una anomia actual, en cuanto a significación comunitaria relativa, de la filosofía en el Uruguay. La pauta nacional de aquel período de los años 1950/1960 del siglo pasado en el Uruguay, sin duda desborda a la filosofía, pero estos ribetes contextuales siempre han sido parte de la comprensión filosófica de la filosofía. Cierta imaginación antropológica es inseparable del estudio de autores de los que nos separa un período tan corto como medio siglo. Con más razón a una escala mayor.

En tal sentido, la interrogación que pone de relieve Langon, también revela determinado anclaje en la autopercepción, propia al inicio de la 2a. mitad del siglo pasado, de una excelencia comparativa de la actividad intelectual del Uruguay, anclada de por sí en la propia calidad de la comunidad nacional. Preguntarse, en efecto, que condición propia reviste la entidad filosófica nacional, supone como condición previa, que tal actividad es protagonista de cierto destino, incluso por encima de condiciones de existencia favorables o restrictivas.

Los textos que nos presenta Ferreira dan fe de esa calidad comparativa, incluso en el plano internacional. Uno de los ejemplos es el fino seguimiento de la publicación y la problemática teórica de primer nivel, que surge incluso de la recepción de Husserl a inicios de los años 1940, en que ya se señala un registro crítico de la obra del fenomenólogo, a través de una disertación presentada por Mario Silva García. Conviene destacar que tal recepción interviene incluso con anterioridad a la instalación de la Facultad de Humanidades y Ciencias, que normalizaría la actividad filosófica universitaria.2 En otra publicación que forma parte, junto con la obra que hoy presentamos, del mismo desarrollo de investigación, el autor subraya que Silva García referencia, asimismo en la temprana fecha de 1963, “Introduction à le rêve et l’existence de Biswanger”, obra de Foucault, quien no alcanzaría notoriedad crítica sino unos años después.3

La misma actualización crítica y de difusión surge de la recepción del estructuralismo levi-straussiano por parte de Bentancourt Díaz, catedrático de Filosofía de la Historia, quien en 1968 se encuentra en paralelo con la discusión que alimentaba en Francia un extenso debate entre marxistas y estructuralistas.4 Surge de las mismas páginas la publicación en 1967, que Ferreira pone de relieve, de tres fascículos bajo el título “Estructuralismo e Historia”, “dedicados a Foucault, Althusser y Lévi-Strauss”, también por parte de Bentancourt Díaz.5

Ante la postulación de un contexto que inscribe la actividad filosófica y al que se destina su quehacer, adquiere especial significación el cierre de la obra que se presenta hoy, ya que el capítulo dedicado a Ibero Gutiérrez subraya la incorporación del pensamiento de Heidegger alcanzada por el joven creador (poeta, pintor, dramaturgo). Para el lector que coteje la difundida figura actual del joven asesinado a los 22 años, emblema del 68’ universal en el Uruguay, con la pléyade que pautó el desarrollo alcanzado por la filosofía en el mismo país por entonces (Ardao, Silva García, Sambarino, Bentancourt Díaz, Llambías de Acevedo, entre otros), quizás pase desapercibido que Ibero Gutiérrez murió sin que fuera publicada una sola línea de su obra.

Se trata entonces de la incorporación que llevó a cabo un joven estudiante, que se expresa a partir de Heidegger, Bataille o Ionesco, poniendo de relieve avant la lettre, incluso en un sentido propio de la expresión, hasta que punto ese proyecto de excelencia nacional en perspectiva comparada se encontraba en vías de permear, en profundidad, la sensibilidad intelectual del Uruguay.

El asesinato de Ibero Gutiérrez fue una de las señales, ante todo por la coyuntura en que ocurrió, del quiebre del proyecto de integración nacional del Uruguay, que aducía como fundamento la excelencia comparativa en el plano regional, pero asimismo, con viso de escala mundial. Ese crimen formó parte, en efecto, del preludio de la instalación del terrorismo de Estado, cuyas secuelas éticas siguen formando parte de nuestros días y se manifiestan por otro lado, en lo que se ha denominado “la deuda interna”, esto es, el despliegue de una desigualdad abismal.

A partir de esa retrospectiva crítica que habilita el presente, el libro de Sebastián Ferreira abandona el rótulo de “Historia de la filosofía” porque se escribe y sin que medie lapso, se inscribe, en un Uruguay que no puede mirarse en su pasado como en un espejo. La violenta discontinuidad que le impone al lector el presente ante el viso paradigmático de aquel pasado, no puede decirse histórica sin añorar cierta arqueología foucaldiana, que asoma a través de la filiación intelectual del autor.

La cita que oficia como acápite de los distintos capítulos nos alerta, además, acerca de la mirada que puso a trabajar la pluma:

“La historia de la filosofía ha sido durante mucho tiempo la historia de las sectas, ha sido hecha por sectarios. Sería muy difícil determinar si esa condición ha desaparecido”.

Mario Silva García.6

Cabe consignar, por otro lado, que en otra de sus publicaciones recientes, vinculada en particular a la recepción de Foucault en el Uruguay, dice Ferreira:

No se trata aquí de hacer una historia de las ideas, sino contraponer un planteo arqueológico a partir del acontecimiento discursivo que pudo mostrar una primera versión de Foucault en el Uruguay. Tal como estableció el pensador francés para su Cátedra: Historia de los Sistemas de Pensamiento, entendemos que analizar la emergencia de su aparición en el contexto filosófico uruguayo de los años sesenta, corresponde con la comprensión de tales sistemas en tanto campo enunciativo”.7

La arqueología foucaldiana no celebra el fallo que consagra un hecho. Puede por lo tanto, vincularse la condena del sectarismo filosófico por parte de Silva García, a una mirada que celebre la opción por “lo más imposible”,8 al decir de Foucault, como solución efectiva para una pugna siempre activa y siempre urgida por imprevisibles. El relato histórico no se despliega, desde este punto de vista, sino gracias y a través de un contencioso a dirimir.

“Lo que se trata de entender, es en que medida lo que llegamos a saber, las formas de poder que se ejercen sobre ese saber y la experiencia que hacemos de nosotros mismos, no constituyen sino figuras históricas determinadas por cierta forma de problematización que define objetos, reglas de acción y modos de relación consigo mismo. El estudio de (modos de) problematizaciones (es decir, lo que no es ni constante antropológica ni variación cronológica) constituye por lo tanto la forma de analizar, en su forma históricamente singular, cuestiones de alcance general”.9

Es decir, existe una política de la historia que hace la historia en cuanto tal política surge del problema y no de la determinación previa. Quizás es ante una problematización guiada por ese propósito genético, que nos coloca esta política de la historia de la fenomenología en el Uruguay que hoy se presenta.

 

1Langon, M. (2023). ...Cuando hablamos de filosofía en el Uruguay. Buenos Aires: FEPAI. Recuperado de: http://bibliotecafepai.fepai.org.ar/Libros/Filosofia/Langon-Entrevistas.pdf

2Ferreira, S. (2024). Irradiación de la fenomenología en el Uruguay (1950-1970). Montevideo: Gingko, p. 27, nota la pie no. 20.

4Ferreira, S. (2024). Irradiación de la fenomenología en el Uruguay (1950-1970). Montevideo: Gingko, pp. 93-94.

5Ferreira, S. (2024). Irradiación de la fenomenología en el Uruguay (1950-1970). Montevideo: Gingko, p.71.

6Ferreira, S. (2024). Irradiación de la fenomenología en el Uruguay (1950-1970). Montevideo: Gingko, p. 9.

8“Michel Foucault. Entretien avec Roger-Pol Droit (1975)”. Recuperado de: http://1libertaire.free.fr/Foucault70.html

9Foucault, M., dans Michel Foucaul Philosophie, (anthologie établie par Davidson, A. Gros, F.), (2004), Paris: Gallimard, p. 880 (trad. R. Viscardi.)