Sinrazón y razones: el prefijo "contra-" en la expresión “contragobernar”

En el marco de la semana de América Latina en París, tuvo lugar el Coloquio "Arrogancias de la razón". Las actividades del coloquio se extendieron durante tres días, a partir del 27 de mayo. Un día después (el 30 de mayo) se cumplen 10 años de la publicación de Contragobernar. Entre un mundo de redes. El contexto político ha cambiado sensiblemente desde entonces, al quedar pautado por distintas formas de "contragobierno", que lejos de significar una alternativa definitiva, pautan desplazamientos significativos de la gubernamentalidad.

 

La palabra “contragobernar” no figura en el Diccionario de la Real Academia Española. El uso indica la existencia de « contre-gouvernement » en francés, vinculado a un equipo de gobierno preferible, presentado en espejo al que detenta efectivamente las riendas del poder. Existe por el contrario, tanto en francés como en español, el término “contrapoder”. En francés se lo encuentra bajo la modalidad compuesta “contra-poder”, con el mismo sentido que su homólogo en español. Mientras el término “poder” se vincula a una realidad efectiva, cualquiera sea su índole, la palabra “gobernar” involucra tanto al que ejerce el gobierno como a aquel que permanece gobernado. Este efecto doble se convierte en un arma de doble filo, que por un lado interviene ante otro que sí, mientras del otro lado no interviene sino ante sí mismo. Ahora bien, este designio de gobernar se encuentra igualmente redoblado en el neologismo “Contragobernar” por el efecto del prefijo “contra-” que expresa fatalmente lo contrario del uno y del otro (de los dos lados). Este segundo redoblamiento conlleva asimismo el paroxismo, en la desmesura de la expresión “Entre un mundo de redes”, que proveía el sub-título de la recopilación “Contragobernar” (primera y valiente publicación de Maderamen, editorial de Casa de Filosofía). Este libro, presentado hace 10 años (el 30 de mayo de 2014), reunía “actualizaciones” periódicas de un blog, para las cuales las redes posibles en el mundo no pueden entenderse según un mundo (en tanto que) uno. El préfijo “contra-” expresa, por lo tanto, la medida posible de un mundo sin sentido-medido, en cuanto le niega a quien sea el derecho de (no) conseguir, tras un efecto de sentido-medida, llegar a gobernar sin-medida.