Entrevista de Mauricio Langon a Ricardo Viscardi

Resumen:

La tecnología ha subvertido la misma significación del Orden que  debiera consolidar. La  vinculación crítica entre representación y naturaleza se ve desplazada por una modulación de la corporalidad condicionada tecnológicamente. La filosofía interviene en el gobierno de una contingencia inexorable, que puede encontrarse asimismo            asignada  a un equilibrio alternativo: equilibrancia.                                                                                                       

MAURICIO LANGON

...CUANDO HABLAMOS DE FILOSOFÍA EN URUGUAY

Entrevistas sobre filosofía a filósofos uruguayos

Prólogo: Sebastián Ferreira Peñaflor

Reflexiones epilogales: Celina A. Lértora Mendoza

2023-EDICIONES FEPAI   

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Ricardo Viscardi (Entrevista oral: 20 de agosto 2017)

R.V. La cuestión de qué hacemos con, da la impresión de que hay alguien que tiene algo así como un cometido, y que a partir de él le impone su impronta a lo filosófico y a la filosofía.

Y me parece que lo propio de este momento es que la filosofía no es algo. Lo filosófico no es algo, sino que estamos en un momento no sólo de inestabilidad de la tradición (inestabilidad que siempre se presenta cuando surge una significación diferente de una actividad), sino que lo filosófico, la filosofía viene a ser reinterpretada a partir de condiciones significativamente distintas.

Entonces, no pienso que la idea del verbo modal hacer, hacemos esto o lo otro, de formas diferentes a partir de un lugar que ocupamos, esté interpetando como yo entiendo mis preocupaciones y las de cierto entorno que me rodea. Me parece más bien que justamente la filosofía entendida como tradición, nuestro contexto poscristiano y moderno donde la Verdad es la cuestión filosófica por excelencia, está cuestionada. Esto no significa la exclusión de la tradición de la filosofía, sino que ante todo es tomar a cargo una transmisión.

Aquellos que transmitan al presente la cuestión filosófica van a tener que hacerlo inspirados por las condiciones actuales. Por ejemplo, Vattimo: Adiós a la Verdad; los textos de los posestructuralistas como Foucault que han planteado que existen efectos de Verdad. Que son a su vez efectos de un contexto determinado. Entonces tenemos a las claras que estamos en una periclitación de esa tradición de la Verdad, y en el surgimiento de una orientación respecto a lo filosófico, que no podríamos decir qué hacemos con ella. Porque para eso tendríamos que tener un sistema de referencias; lo que ya supone un sistema connotado por una pauta de Verdad.

El libro que acabo de entregarte, Equilibrancia, que es un neologismo porque no había otra palabra para expresar eso. Equilibrancia es la noción de la inexistencia de un orden como contexto firme, y la necesidad de encontrar un equilibrio que no proviene de un orden precedente, previo, instalado, sino que es una actividad propia de aquel que se encuentra en las actuales condiciones de experiencia, pautadas por una tecnología que ha postergado la supuesta inalterabilidad de las leyes de la naturaleza.

Ante esta potencia extraordinaria de la tecnología, nuestro contexto se encuentra permanentemente amenazado de los desequilibrios más extremos. Y ante esta situación la noción de equilibrio, 1º) Sustituye la de verdad - porque no existe más una referencia última desde el momento en que la actividad humana puede alterar, en términos de futuro, las condiciones del contexto y, 2º) Es necesario que cada quien paute la búsqueda de un equilibrio, no como algo a lo que nos sumamos, sino que lo alcanzamos por nosotros mismos. Y ese nosotros mismos supone jugar con pautas contingentes del contexto. Incluir en el equilibrio esas contingencias.

De modo que nuestro propio cuerpo... La noción de cuerpo siempre ha estado ligada a la noción de orden, que articula la de cuerpo como corpus de texto, como Corpus Christi. Actualmente no está más vinculada a la noción de orden como un campo de elementos dotando determinada referencia para sus miembros, que contaría con una determinación cíclica. Esto ha desaparecido. Entonces nuestro cuerpo es algo que creamos permanentemente a partir de las decisiones que tomamos.

Doy un ejemplo. Recientemente estuvo en Montevideo Chomsky. En una conferencia dijo que estamos ante un serio riesgo de desastre nuclear porque USA entiende que ha generado la tecnología necesaria y suficiente para atacar a cualquier contrincante, aun con poderío nuclear, de forma tal que su adversario no pueda siquiera responder. El ataque desarticularía cualquier capacidad de respuesta eliminando a cualquier contrincante.

Esto es un buen ejemplo de lo que yo entiendo por desaparición de todo sistema de referencias en razón de la capacidad tecnológica de determinar los acontecimientos propios de cualquier orden posible.

Si tuviera que presentar un ejemplo metafórico de esa equilibrancia, yo presentaría la del acróbata o el malabarista que a partir de una situación contingente de los elementos propios de su actividad que está propiamente sujeta a condiciones contingentes que pueden desbaratar el equilibrio que sostiene. El equilibrio no depende solamente de él; pueden advenir acontecimientos ajenos, y habrá de sostener el equilibrio a partir de los elementos del contexto y de decisiones de su propio cuerpo. Hay una alteración de su propio cuerpo con relación a ese equilibrio. Esa noción de equilibrio ya no se supedita más a la noción de un equilibrio u orden de por siempre instalado y relativamente cíclico, como lo suponía la noción de naturaleza.

Entonces, no se trata de preguntar lo que nosotros hagamos, en el sentido de decir qué hacemos con la filosofía, sino que más bien eso sería la filosofía, lo filosófico, como la nueva condición de generar condiciones de equilibrio inéditas hasta el presente.

Creo que las movilizaciones que se han dado contra la globalización son un buen ejemplo de esto. Si las miramos desde el punto de vista de la ostentación o la captación del dominio de un poder son absurdas, porque concentrarse en plazas en medio de la ciudad no significa gran cosa. Sin embargo, tienen dos características significativas: 1) que se colocan totalmente fuera de cualquier pauta del sistema, cosa que comenzó con los zapatistas que fue el primero que desafió al sistema de un modo singular, siguió con Seattle, Indignados, etc. Entonces ¿qué tenemos? 2) Que poniéndose fuera del sistema y desafiándolo, se colocan en el centro de la escena pública, que es la calle. Y este aparente absurdo, desde el punto de vista del poder, es lo que les da la posibilidad de cuestionarlo, porque muestra que un poder global, un poder que pasa por todos lados y domina todos los puntos del planeta, tiene que hacerse cargo de que falla, y mostrar su falla. Ese elemento es en la actualidad, el elemento clave.

Cualquiera que pretenda entrar en el proceso de globalización por la vía de adquirir un poder de tipo representativo, con un orden de referencias dado… La representación como delegación, supone un totalidad orgánica; si no, no hay delegación posible. Quien asuma esta perspectiva va a tener que pasar circunstancias como las que nuestro ex-presidente Mujica pasa en el presente: que firmó el decreto de bancarización y eso ahora anula la aplicación de la ley que permite la venta de marihuana, que Mujica ostentaba como el mayor lucimiento posible de su rol emancipador. Esto muestra bien cómo no se puede al mismo tiempo favorecer la globalización y a la vez pretender estar contra ella. Es imposible, porque es globalización justamente, y supone un aparato de poder tecnológico que sustenta poder saturar todas las posibilidades de conflicto.

M.L. Te haría unas cuestiones complementarias. Reducís mi planteo del hacer al hacer en un orden, y después me decís que es una actividad. ¿Qué tipo de actividad? Dejemos de lado si la llamo filosófica o si es filosofía o si es malabarismo. Lo que hace Mujica es un intento de malabarismo que se le desbarata; y lo que hace Podemos también es un intento de malabarismo, que se desbarata y no se desbarata, pero que se transforma, se mueve, altera su propio cuerpo al cambiar los elementos de nuevas circunstancias. Lo que no me permitiría tan fácilmente decir “estoy fuera del sistema” si introduzco la variante del tiempo. Diría que Mujica buscó cuestionar el sistema en determinados momentos. Pero más allá de lo que pasa en la circunstancia de determinado momento, si no tengo otro criterio de referencia, diría que Mujica está en una actividad filosófica. Está buscando hacer malabares: le cambian los elementos de la circunstancia, la respuesta cambia, y él mismo cambia. Y, cuando Chomsky dice que los yanquis saben que tecnológicamente pueden liquidar a cualquier enemigo, antes que se mueva, su enemigo le contesta haciendo actividades terroristas en la calle que no pueden ser frenadas por el sistema: le generan desequilibrios al también equilibrista sistema. Entonces me pregunto si la noción de equilibrio no supone -en contra de lo cíclico- una continuidad o discontinuidad de situaciones que, si las miro en perspectiva histórica, las veo como un cambio del propio equilibrista. Más que equilibristas o malabaristas que buscan equilibrar elementos que le son ajenos (la cuerda floja, las clavas) estoy pensando en los ejercicios de contacto en que siempre estás renovando equilibrios de tu cuerpo con otro, su forma, su peso, su movimiento; de modo que siempre el equilibrio puede perderse, y sólo se sostiene a condición de que ambos lo busquen. Esto me lleva al tema de nuestro amigo Michon, porque de un equilibrio surge un nuevo movimiento, un desequilibrio y entonces es más bien cuestión de ritmos (entendidos como modos de fluir). Lo que lleva a preguntase si hay euritmias (buenos ritmos). Y una equilibrancia (no sé si es la idea) y no un mero equilibrio, de algún modo está intentando lo que se entiende bueno, aunque no dependiente de una Verdad y aunque sepas que puede fracasar. Lo que podría permitir haceres que no sean un mero sinsentido.

R.V. El hacer yo lo entendí en un sentido que evoca la cuestión de la acción. Entonces, yo me coloco en un lugar desde el cual tomo decisiones que propias de mi quehacer. Ya ese quehacer viene a diferenciarse (como su efecto o como su consecuencia) de las decisiones que yo tomo: ¿Cómo hago yo filosofía? Bueno, yo la hago así. Que es algo diferente que la actividad, que supone que yo tomo iniciativas, me desplazo, pero sin que se subordinen a la acción. No hay acción, porque toda acción supone una teoría que la oriente. Una cosa es agitarse, otra es actuar. Para actuar tenés que tener una orientación. De otra manera lo dijo Lenin sobre la política: "no hay acción revolucionaria sin teoría revolucionaria". Si no sabés a dónde vas, no actuás, estás agitando.

Esta noción de actividad, como entrar en un juego de movimientos y circunstancias recíprocas pero no previamente ordenadas, son lo que caracteriza justamente el equilibrio que alcanza el equilibrista. Y se oponen a las supuestas transgresiones de Mujica (no porque el personaje me resulte particularmente nefasto, que me resulta) porque él está permanentemente reivindicando la validez de aquello que ha presentado. Ha sostenido -por ejemplo- ahora, (ante esta situación que si me permitís una expresión idiosincrática voy a calificar como la "de la parda Flora") que él es un hombre de partido. Que existen los partidos. Bottinelli, uno de los mejores politólogos del Uruguay, acaba de decir en un artículo de título muy significativo "El suicidio de las ballenas", que la gente no cree más en los partidos. Y que eso es una cosa acumulativa, como las radiaciones solares en la piel. Y que el hecho de que la gente vote no significa más que una pulsión electoral. Pero que el porcentaje de gente que manifiesta adhesión partidaria es bajísimo. ¡En el Uruguay! ¡Y en Francia, países de Partidos Políticos, donde hay anclajes ideológicos partidarios profundos! ¡Mirá el caso de Francia, donde desaparecen el Postgaulismo y el Socialismo, y surge como un hongo una nueva formación política que gana las elecciones! Esto está diciendo que desapareció el sistema de Partidos: ¡desapareció! Como desapareció en el Uruguay, Bottinelli dice que actualmente el MPP, el sector de Mujica, se está planteando que Novic les está quitando votos. ¡Claro: porque es la misma base electoral, un sector de ella, gente que sigue a la figura mediática!

Estamos ante un sistema mediático que está regulando, no estamos ante una sociedad, sino ante una medialidad. Y esto hay que decirlo así: la sociedad no existe más. Porque la sociedad supone la representación. Decía Silva García que la sociedad supone socios y para ser socio hay que compartir el mismo negocio; y para eso tenemos que estar dentro de lo mismo. Y, justamente, lo mismo es lo que desaparece. Lo mismo en el sentido de Leibniz o lo mismo en el sentido de Comte: la representación como equivalencia o la representación como delegación; cualquiera de las dos, desapareció. La noción de discurso aparece y va creciendo, la de representación cae. El discurso es lo que se te ocurre a ti, lo que se me ocurre a mí. No hay más sistema por encima de lo que digamos que pueda prevalecer. La tecnología supone que la creatividad de un individuo, o de un grupo de individuos, o una potencia empresarial multinacional, puede generar condiciones de intercambio inéditas (Facebook, Microsoft, etc). Actualmente estamos en una situación en que el concepto está desequilibrado. El problema no es qué hacemos con la filosofía, sino si somos filosofía. Cambió.

¿Qué ejemplo podemos dar hoy?: Casa de Filosofía. Un grupo de gente se va de las instituciones donde se hacía filosofía, y dicen: “No. En esas instituciones para nosotros no hay absolutamente nada: nos vamos a vivir en un lugar filosófico”. Porque en ese desbaratamiento de la circunstancia, ante esa traición (¿o tradición?) de lo filosófico, hay que reaccionar de una manera radical. Ante el desbaratamiento de la noción de orden, de la noción de referencia y de sentido (que están muy vinculadas porque no puede haber verdad si no hay sentido). Nosotros estamos de cara, por la globalización, al sistema y a tradiciones que no son filosóficas, que tienen otras variables; que no son las de la filosofía griega, que no son las de la tradición judeo-cristiana. Ante eso nosotros no podemos hacer filosofía, somos la filosofía. Porque estamos ante otros que tienen otras pautas. Entonces no podés desarrollar más una estrategia: “vamos para allá”. No, tenés que pensar qué juego estratégico tenés con el oponente, con el alter ego: es otra cosa.

Es un problema clásico de la filosofía: ¿La filosofía existe en todos los contextos, existe filosofía china, etc.? Creo que eso es una proyección. Nunca digo filosofía china, porque filosofía supone una tradición que, como mostró Jean-PierreVernant, supone que las instituciones religiosas pasan a radicarse en la polis, salen del poder del rey y se inscriben en la polis. Desde allí se genera una tensión entre el basileus y las comunidades religiosas y es en esa tensión donde surgen las características propias del fenómeno griego que después son transmitidas al contexto occidental. Naturalmente, entran en contacto con otras, existe el mestizaje, sin duda; pero tienen una pauta común. Esta pauta se está actualmente cruzando con otras. Por eso a mi entender es tan importante, como fenómeno a observar, un grupo de docentes que dicen: nosotros nos vamos a una casa de filosofía. Y que hacen filosofía a la manera en que se hacen acrobacias (hay acróbatas allí), dan ciclos de cine, hay cosas de arte, editan libros como Lecturas del Progreso que son de tenor filosófico. Creo que ésa es una señal importante.

M.L. Las naranjas y el malabarista se sostienen mutuamente, como también el orden y el desorden. Es un tipo de actividades que cuestiona y no cuestiona el orden, porque no propone nada para el otro y, con eso, el sistema sigue desequilibrado. Te pregunto: ¿Qué relación hay entre la actividad de filosofar, el hacer una Casa de Filosofía y la amenaza que indica Chomsky? ¿Es la relación del observador con lo observado, que dice: “Miren, va a pasar esto...? O es la relación del estratega: “Creo que va a pasar esto, ¿cuál es la próxima jugada?”

R.V. Casa de Filosofía fue allanada por la policía. Cuando la Casa es absolutamente legal, paga la contribución... Pero es extraordinariamente molesta. En principio: para la policía. Rancière diferencia la policía de la política y la política del policía. Todo lo que no es política, es policía. ¿Y qué es política? Es plantear lo impensable; traer al concepto una diferenciación que antes no estaba admitido. La Casa de la Filosofía le extraña a la policía, porque hay otros grupos que son activistas que están en el mismo barrio que comparten, hay trasiego de gente de un lado para otro. Entonces: son sospechosos. Pero nunca se sabe de qué. El allanamiento fue beneficioso.

M.L. La bendición de la Casa…

R.V. La policía pretendió ligar la Casa de Filosofía con La Solidaria, (un grupo anarquista que rentaba una casa cercana, que fue desalojada, y se llevaron sus cosas, pero la propietaria los denunció a la policía); y la Policía allanó la Casa de la Filosofía… y se llevó cosas. Además de arrestar a dos: un filólogo y un pintor, que es el que pintó el Memorial de los Fusilados de Soca... El juez los liberó rápidamente. Pero la policía ya había hecho su comunicado que la prensa recogió. Y La Diaria y Brecha hicieron artículos al respecto. De modo que la Casa llegó a su público... como lo que es, una Casa de Filosofía, que hace actividades filosóficas; y enterado de que había sido allanada. Y la policía (desde Vázquez hasta la Seccional) al difundir que había dado con un nido de quién sabe qué, quedó “en el aire”